La comunidad de Coyhaique se congregó el 29 de mayo  en la Catedral , para rendir homenaje y dar gracias por la vida del Padre Victorino Bertocco, misionero italiano que se arraigó profundamente en la Patagonia, dejando una huella imborrable de amor a Dios y servicio al prójimo.

En la eucaristía se resaltaron aspectos de su personalidad: El Padre Victorino, recordado por su sabiduría , su elocuencia, sus reflexiones profundas e inspiradoras. Junto a ello su ingenio y cercanía. Llegó a Aysén desde Italia y rápidamente «se hizo patagón». Recorría la región a caballo y era un entusiasta jugador de truco, utilizando este recurso como una original forma de evangelización: quien perdía con él, debía asistir a misa al día siguiente. Su vida fue un testimonio constante de fidelidad al evangelio y de amor servicial, al estilo de la Virgen María.

La noticia de su partida, en pleno tiempo pascual, ha conmovido a la comunidad, especialmente a nuestro liceo . A pesar del dolor, la esperanza prevalece en la certeza de que el Padre Victorino ha sido llamado a compartir la Pascua de Cristo, un tiempo de vida nueva y encuentro.